lunes, 8 de junio de 2015

Bestiario Mixcoatleco (2015) B: El Buruburu Yokai. El Derrumbe de Kanto. Por Mariana Vega.

I.

Kyo se pone de pie lentamente con las manos aún en los oídos. De a poco las retira, y lo primero que le llega es un vacío estruendoso de silencios. Nubes de escombros se arrastran hacia el cielo con olor a muerto, y percibe en el ambiente que el universo, el suyo, el de Kanto, ha cambiado.


Las calles se han fragmentado en cientos de pedazos y las construcciones asemejan símiles de restos arqueológicos fantasmales que se yerguen sobre decenas de personas que, como él, se recuperan para enfrentar la realidad terrible.

Kyo baja la mirada hacia el reloj que, hasta hacía unos minutos, coronaba el negocio de joyería del viejo Liu. Ahora la tienda está derruida. La hora petrificada tras el vidrio estrellado anuncia: 11:58. Es el 8 de septiembre de 1923.

A la distancia se avizoran lenguas de fuego que anuncian incendios en la isla de Honshu. El gran terremoto ha sido tan devastador como una bomba. Bajo sus pies, todo tiembla, y Kyo ya no distingue si se trata de su cuerpo o de la tierra. Algo va mal.


Contrario a lo que hubiese pensado, ni los niños ni las mujeres ni los hombres a su alrededor dan visos de querer gritar, correr o llorar. En sus rostros lánguidos se adivina la incertidumbre... y algo más. Tras un instante, Kyo se da cuenta: la mayoría de esas caras lucen avejentadas. No, no avejentadas. Se las ve viejas, ancianas, arrugadas.

Y todos, uno a uno, se vuelven hacia él para observarle fijamente.
Con el corazón bombeante, Kyo se apresta a correr pero no logra moverse. Mira sus piernas para obligarlas a andar, pero éstas se niegan a moverse; está paralizado por el peso del miedo.

Y entonces los ve, reflejados en los pedazos de vidrio del antiguo reloj que yacen en el suelo. Todos ellos, los otrora niños, mujeres y hombres de Kanto, todos adheridos a su espalda provocando en Kyo un sinfín de temblores. Abre la boca para gritar, pero son los “yokais” los que lanzan alaridos que cruzan el Japón.

II.

Es el 6 de agosto de 1945. Kyo y los ancianos habitantes de Kanto llegan a otra ciudad después de deambular por 22 años. Los “yokais” se agazapan a las espaldas de los habitantes de Hiroshima.
Ha comenzado a temblar.

3 comentarios:

  1. El 8 de septiembre de 1823, la naturaleza.
    El 6 de agosto de 1945, la Bomba atómica hecha por el hombre.
    Los “yokais” se agazapan a las espaldas de los habitantes de Hiroshima.
    ¡Qué terror!

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  2. El 8 de septiembre de 1823, la naturaleza.
    El 6 de agosto de 1945, la Bomba atómica hecha por el hombre.
    Los “yokais” se agazapan a las espaldas de los habitantes de Hiroshima.
    ¡Qué terror!

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